19 de junio
La Témpora, la triple conjunción y 
el Dedo de Dios

Deisis – Detalle de la Mano del Padre 
(Técnica mixta - + MEM o.m. VMRF – Sur del Mundo)

El cosmos encierra maravillas y misterios a los que nos podemos acercar a través del velo del conocimiento, pero sólo podremos ver a través del velo cuando un Maestro lo corre y revela, siempre desde la fuente inagotable del saber Divino.
Hay ciertos momentos que, como dice la Maestra de la Gran Obra del sur del mundo, permanecen ocultos por la duerme-vela, la cerrazón de la razón, pasando inadvertidos y son, apenas percibidos, por aquellos que poseen un corazón abierto a lo trascendente y un alma inquieta en pos de su Creador.
Una de esas rarísimas gracias cósmicas me convocan a escribir estas líneas: “El Dedo de Dios”, siempre temeroso de no poseer un espíritu lo suficientemente versado en la didáctica divina y sus manifestaciones, cualidad más propia de un Maestro espiritual que de un astrólogo.




El Dedo de Dios o Yod es una figura formada por tres planetas, dos en Quincuncio (150° en la rueda celeste) unidos por un extremo y cerrando su formación con un Sextil (60° entre los extremos de estos), formando así un triángulo isósceles. En este punto deberíamos abordar la teoría de los orbes, el aspectario y los armónicos pero, en vez de ello, intentaré caminar por el humilde sendero de las influencias celestes, dejando para otro momento el desarrollo del banal mundillo de la erudición astrológica.
Los quincuncios indican vínculos, conexiones y relaciones; el sextil los transforma en comunicación y efecto mental. Ocultos en esas relaciones hay serios impedimentos para sentirse compensado, aunque con  capacidad de lucha, de resistencia y de fortaleza en la adversidad.

¿Por qué Yod?

El Yod es la décima letra del alfabeto Fenicio y del hebreo, de él descienden la “i” latina y la “j”.



Esta letra encierra la potencia divina, el fuego celestial que emana del Creador y que se manifiesta desde el interior del hombre. Es la reciprocidad ígnea del Creador con lo creado. 


“Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!”
 Evangelio según San Lucas XII, 49

Este Yod astral, “el Dedo de Dios” nos indica un camino a seguir, detallando los peligros que viviremos al transitarlo y las fortalezas con las que contamos.
Yod es crisis, crisis que requiere la renuncia volitiva del pasado atávico, de las contra-cadenas helíacas y de las fases victimizantes, propias y ajenas.
Esta crisis es muy similar a una bifurcación del camino: es necesario escoger una dirección.
El Yod plantea un problema grave, pero debemos tener en cuenta que, siempre este “Dedo de Dios”, señala y contiene “la llave” de la solución.

La Figura
Como dijimos esta configuración se compone de tres planetas: dos de ellos en sextil y aspectados por un tercero en relación de quincucio. 
Esta peculiar forma sincroniza vínculos y los moviliza. Señala un alto potencial mental y una buena capacidad de movimiento. Para lo creado es un organizador dinamizante de las Cadenas Helíacas Astrales (ver Anima Mundi del Cristo Total - Monseñor Claudio Páleka).  Siempre, y cual flecha Divina, marca un camino, designa y ordena. Cuando aparece en una carta natal, indica a un "elegido" y  "Su Misión" que ha de cumplir para poder plenificarse.
Es un aspecto de la Unidad por la unión de los elementos de la Multiplicidad, igual que un rompecabezas, juntando centenares de partes en una única pieza.
El planeta focal o ápice es un planeta sensitivo porque los quincuncios provocan una tensión subliminal que puede resultar en problemas físicos o psicológicos.
Esta potente fijación mental y espiritual les obliga a huir del trabajo normal o de las responsabilidades cotidianas. En muchos casos señala la ruptura con la carrera, la profesión o el mundo laboral normal. 
Esta figura esconde un grado de rebeldía ante la vida ordinaria o mundana, en muchos casos puede afectar al ámbito familiar de una manera desestabilizadora. Suele ser disruptiva con lo social preestablecido o esperable.

Las energías y las pulsiones
Hay una situación inarmónica constante e irritante, un problema con el cual se tiene que luchar pero cuya solución se escapa continuamente. Ptolomeo dice en su “Tetrabiblos” que esta inconjunción (el quincucio) se presenta por falta de afinidad.
Hay deseos de purificación, de sintetizar y facilitar los procesos correspondientes (para volverlo todo claro y conciso). Trae a la superficie la necesidad de liberación catártica.

La Témpora y la triple conjunción
Desde el 19 de junio del 2015 a las 21 hs (aproximadamente) hasta el 20 del mismo mes a las 15 hs, se dará una triple conjunción planetaria, compuesta por Venus, La Luna y Júpiter sobre el signo de Leo (fuego).
Esta conjunción se verá inmersa en las energías del solsticio de invierno para el hemisferio sur y en el de verano para el norte.
Imagen de un Ícono del Cristo - Bendición con tres dedos, siglo XIV.

Me siento tentado una vez más en recorrer el camino cientificista del astrólogo “contemporáneo”, pero para mí salvación se impone esta maravillosa peculiaridad de cuya atípica belleza, poco se dice y se ha dicho. Ya que, el Yod, o “Dedo de Dios” es magnífico en sí mismo, más cuando su ápice es una triple conjunción, la gracia es exponencial. Por ello, hay manifestándose al menos tres dedos de Dios, tres Yods en conjunción.
La bendición con tres dedos alude a la bendición de la Trinidad misma. No me es dado tratar el sentido esotérico de estos “tres dedos”, ya que es propio de un Maestro.
La luna danza entre Venus y Júpiter, siempre móvil, tenue y pálida. El Gigante patriarca de los Cielos se endulza con las caricias venusinas aplacando su aspecto más tronante y exaltando al padre unificador de los antiguos dioses.
Completan el Yod: Neptuno en piscis (agua) (influido por Kirón) y Plutón desde capricornio (tierra)
Neptuno, el tálamo cósmico, regente de las aguas profundas del mundo y del psiquismo, sostén de la ilusión racional reinante y del conservadurismo.
Plutón: el gran renovador, regente de las profundidades abismales y cuya potencia para exponer lo profundo, manifestarlo y expresarlo plenamente no tiene comparación entre los astros.


Por un lado, en sextil, los planetas lentos del círculo exterior y en el ápice, tres de los planetas de la presencia, que son tres de los siete centros helíacos. Guía el Yod de la triple conjunción, Júpiter.
Los planetas de las profundidades y abismos funcionan en este triple Yod como atractores del anclaje oculto, de ese lastre denso que intentamos olvidar. Gracias a kirón, el centauro sanador, (que modera a Neptuno) no perdemos del todo la conciencia de ese peso titánico que arrasa con nuestro destino. Júpiter señala el Cielo con su flecha al fogoso Leo.
 Júpiter mantendrá a raya el ego leonino para que la gesta que indica el triple Yod se cumpla. Esta configuración marcará una particularidad en cada revolución solar de hombre, mujer y criatura viva, de manera tan personal y única, que hace imposible abarcarla en este breve texto.
Sí podemos decir que, Júpiter indicará a cada uno esa “misión” a la que está signado como “elegido” dentro del plan divino de la Gran Misión. La memoria lunar y el encanto venusino serán nuestros aliados, no nos faltará una Madre.
Junto con: el crecimiento, la expansión, la prosperidad y la buena fortuna de júpiter, y sumado a su sentido interno de la justicia, la moral, de los ideales y las metas más altas, nos llevará a la dual contemplación de un camino liberador o al sórdido desembarco de la frustrante arrogancia. El poeta del siglo I Manilio ha descrito a este proceso Jupiteriano como templado y benigno, y el de mayor beneficio.
Los riegos existen, la vanidosa autoreferencialidad y nuestro lastre serán el enemigo a vencer. Este Yod es pleno de fuego, agua y tierra pero es carente del aire suficiente, estaremos asfixiados en algún momento, pero nunca solos. Debemos persistir.
No hay mejor momento astrológico para descubrir a la “misión”, no hay mejor tiempo para esta cruzada, que la témpora y no hay mayor gracia que saber a qué “Misión” uno pertenece.
Tiempo de prueba, tiempo de enfrentarnos a nuestras profundidades abismales, tiempo de neurosis sociales, tiempo de negación de la realidad inmanente. En resumen tiempo de “Gesta” y de descubrir en el horizonte “el destino”.
¿Seremos capaces de nacer a nuestra “misión” bajo el amparo de los “Tres Dedos de Dios”?

GABO ABAD - Astrólogo y Futurista

2 de Junio
Plenilunio en Sagitario


Este martes 2 de junio, a las 18:21, hora de Argentina y Uruguaya (para España 23:21 hs), se produce la Luna Llena, es el tercer plenilunio del año.
En esta Luna Llena, el Sol desde Géminis iluminará a la Luna en Sagitario, y así ambas díadas de oposición (Sol-Luna y Géminis-Sagitario) se interconectarán. Sus efluvios perdurarán hasta el atardecer del día 5 de junio para el hemisferio sur.




Ambas duplas tienen que ver con el mundo del pensamiento: Géminis – Sol proyecta la mente concreta: la que lee y comunica, y Sagitario – Luna, la mente sutil: la que crea, filosofa e interpreta.