Un final feliz
28-12-2016

Más y más agradecimientos

Hace unos días, ya de vacaciones, mi “amado” asistente me llama para preguntar si no pensaba escribir para fin de año, le respondí que tal vez en el otoño austral vuelva a escribir algo, lo cual le provocó un fastidio importante, a tal punto que esa tontera sagitariana se borró de su rostro y tronando dijo: “Hay mucha gente esperando su columna”, casi conllevando un reto, y le dije que mi columna no era tan trascendente como para que alguien la esperara. 

Grave error de mi parte, me visitó computadora en mano y me paseó por una infinidad de fotos y comentarios de un sitio llamado “Facebook”. Me mostró un montón de gente linda, y atrevida, vestida de animales (pronto honraré dicha situación con un artículo sobre la animalidad y la astrología) y me señaló a una señorita joven con collar canino (no me atreví a preguntar) que exigía una columna de mi parte, o sea que tengo una fan, a esa cánida, o felina, llamada Cristina mi gratitud. Por otro lado sé que tengo otra seguidora en la tierra de oriente, La sacerdotisa del Sur del Mundo me contó que espera ávida mis humildes artículos, a esa belleza oriental, Nadia, si no me equivoco así se llama y de la cual mi asistente me ha mostrado varias de sus fotos en Facebook, ah! Si volviera a ser joven… Cuanta belleza exuda la faz rioplatense. 

A ellas, mis fans, va dedicada esta columna. 

Los Cielos y el Calendario

Hoy, en el día de los Santos inocentes y habiendo pasado el solsticio de verano, la luz se expande, se posa en todo, el verano en el hemisferio sur se desarrolla, húmedo y moderado, calmado y solemne, muy alejado de las estridencias de otros años. 

El 2016 nos ha agotado, todo es cansancio y para rematarlo las Gemínidas nos arrollaron con todo su maremágnum psíquico. La familia biológica nos desborda, los amigos nos saturan, el mundo nos atropella con su frenesí y no hay descanso.

Creemos firmemente que ya ha terminado pero, para la astrología primigenia es la antesala del fin, aún nos queda un trimestre del año gobernado por el hermano Sol antes de que decline su poder ante la voluptuosa Venus.Sí, voluptuosa: femenina, húmeda y excitante, sólo maternalizada por la influencia lunar que la matizará este año.

Nuestra astrología, que no sólo es occidental sino universal, se asienta en el Astro Rey, el Sol, siendo la sublimación de todo ritmo astral conocido; mientras que en China, Japón y otros países de la región, se ha desarrollado una astrología basada en la lunaridad  matizada con algo de jupiterianismo.

Así la solaridad define acciones anuales por planeta, cuyos influjos van de otoño en otoño (hemisferio sur), tal cual como ya hemos visto en el año en danza, que está presidido por el Sol. Para la astrología china, cada año está presidido por un signo de su zodíaco y regido por las reglas que le son propias.

¿A qué viene esta engorrosa comparación?

Hace unos días he leído que una joven colega, fruto de la mixtura de saberes de esta época y con muy baja formación en la tradición, acertó a decir que el año 2017 era el año de libra. Este grave error de concepto culminó con una tirada en vivo de Tarot para cada signo. Hemos llegado al fondo de nuestro noble arte y nadie se ha percatado del hecho.
Es gravísimo fomentar la creencia de que un signo en particular influirá a todo un año, dentro del esquema solar que ostenta nuestra astrología milenaria. Sobretodo explicando dicha influencia debida a la posición del júpiter, ¡Increíble!

Un nuevo año

El 2017 nos ofrece un ritmo basado en la cifra 1,“el inicio” o mejor dicho el re-inicio. El final planteado en el 2016, ese omega insidioso e implacable da lugar a un nuevo alfa, un nuevo comienzo de un ciclo vital muy particular, extravagante pero centrado, expansivo pero medido, innovador pero tradicional. La femeneidad astral se conjuga, venus y luna, generando una madre que nos amamantará para que crezcamos fuertes, templándonos el carácter y poniéndonos a prueba para que seamos conscientes de nosotros mismos y de nuestro lugar.

El Sol se despide

El Sol desea dejar paso a su hermano Venus, radiante y orgulloso como siempre, desea retirarse y guardarse en la matriz cósmica de Venus.

El Sol nos ha cocido a llama batiente, nos ha reducido a cenizas de pura blancura y ahora cede su producto a venus para que en su útero cósmico nos geste nuevamente. Su humedad y temple nos re-unirá en la soledad del vientre materno para que la partera luna nos traiga a la Luz en una de las más oscuras noches de nuestra existencia.

Ella, la luna en su ritmo 31, nos parirá como morada de la Madre primigenia que es. Traerá el recuerdo de lo que fuimos (y quemamos con el hermano sol) para transmutarlo en un nuevo ser, ni mejor ni peor, distinto, al cual deberemos descubrir. Época en donde los frutos, los hijos y la creatividad serán el centro de nuestra realización. Para aquellos que practican el noble arte de la Arquitectura Sagrada (Feng Shui, etc), es el castro a proteger, fortalecer y expandir.


Epitafio

Qué triste es escuchar a la siempre amarillista astrología actual, siempre buscando impactar desde lo discursivo. Armando un show de entretenimiento vacuo, ha despojado a la sagrada ciencia del cosmos de su mística ancestral. En algún momento le dedicaré unas líneas más a esta aberrante pseudociencia y sus manifestaciones.

La promesa

Pronto comenzaré un ciclo de publicaciones con artículos específicos sobre cada signo, y hablaremos en particular de lo que nos deparan los astros para cada uno de ellos en este 2017.

Mis mejores deseos para todo el arco zodiacal en este año que se inicia y a todos mis lectores en especial, pero en particular a esas encantadoras jovencitas: Cristina y Nadia. 

Gabo Abad. Astrólogo y Futurista.



Lluvia de estrellas: las Gemínidas





La bóveda celeste late al ritmo frenético de lasGemínidas, su mercurial aceleración conjura una vertiginosa danza estelar que nos impondrá la neurosis cósmica que se ha acumulado durante nuestro arrasador 2016.

Entrarán en escena cerca del 6 de diciembre y se hallarán en su punto máximo de frenesí entre el 12 y el 14 de diciembre.

Las Gemínidas son, de entre las lluvias de estrellas, las más enigmáticas. Poco se conoce de su origen y de la caprichosa actitud que han tomado en las últimas décadas, me refiero a que ha aumentado su potencia y velocidad con el correr de los años.
Aparentemente el origen más plausible de esta lluvia, es un planetoide muerto llamado Phaethon. Esta teoría dice que el asteroide, que no desarrolla cola al acercarse al sol, es degastado por el astro rey y estos desprendimientos serían la fuente de esta peculiar lluvia. Todo este teorizar tan cientificista me obliga a relacionarlo con la mitología Grecorromana.


Phaethon, Apolo y Zeus.

Phaethon alardeaba con sus amigos de que su padre era el dios-sol Apolo y nieto de Zeus (Júpiter). Éstos se resistían a creerlo lo cual enojó a Phaethon que terminó acudiendo a su padre Apolo, quien juró por el río Estigia darle lo que pidiera. 

Phaethon quiso conducir su ígneo carruaje (el sol) durante un día. Apolo intentó disuadirle, Phaethon mantuvo su postura. Cuando llegó el día, Phaethon estaba al mando del carro de fuego y ante la primera maniobra entró en pánico y perdió el control de los caballos blancos que tiraban del carro. Primero giró demasiado alto, de forma que la tierra se enfrió. Luego bajó demasiado, y la vegetación se secó y ardió. Phaethon convirtió accidentalmente en desierto la mayor parte de África.

Finalmente, Zeus fue obligado a intervenir golpeando el carro desbocado con un rayo para pararlo, y Phaethon cayó, ahogándose lentamente en el río Erídano (actualmente Po). Su amigo Cicno se apenó tanto de haber sido el instigador del hecho que deviniera en tragedia, que los dioses lo convirtieron en cisne. Sus hermanas, las helíades, también se apenaron y fueron transformadas en alisos o álamos, según Ovidio, convirtiéndose sus lágrimas en ámbar. Pero la muerte de este Dios no fue instantánea, sigue muriendo en el fondo del río por eso sus hermanas lo siguen llorando a la orilla de su lecho.

Muriendo eternamente hace que su cuerpo se degrade lentamente y en su juvenil capricho sigue culpando a su abuelo por su terrible destino, incapaz de reflexionar va viendo enfriarse su cuerpo, otrora llama del Dios Apolo, en la soledad de las aguas profundas.


La teoría, el mito y la astrología antigua.

Es imposible no correlacionar al mito y la teoría astronómica.

Cuando el asteroide se acerca al astro sol se degrada y los fragmentos viajan orientándose a la tierra, estas saetas se hallan cargadas de una energía primitiva típica del lado oscuro de géminis “la frustración generada por la vanagloria no satisfecha”.

Phaethon es una criatura solar, degradada y envejecida, muy alejada de la jovial presencia de su padre y que por renuncia astral, (ver nuestro artículo sobre el tema) se transforma en una criatura fría envejecida y envilecida por lo odio y rencor.

Esta lluvia traerá una fuerte influencia a los signos duales de la rueda celeste (aquí no nos referimos a los signos mutables o dobles como la astrología exotérica lo entiende sino a los que siguen), que son: Géminis, Cáncer, Libra, Sagitario y Piscis. 

Las Gemínidas afectarán a todo el arco zodiacal pero en especial a los signos duales. La cualidad de la influencia será del tipo disociativa, separativa y siempre geminianamente neurótica. Los opuestos constitutivos de los signos duales se verán separados.

Como en la historia de Phaethon, la peor parte la llevarán Sagitario y Piscis que poseen como regente a júpiter, al cual su joven nieto orientó todo su rencor.

Este movimiento es una verdadera disociación de los opuestos, es un triunfo de la dualidad que lacera lo más íntimo del ser y como toda disociación implica, siempre, una gran cuota de violencia, ya que lo que la naturaleza parió unido las Gemínidas lo separarán por un tiempo.

Un claro ejemplo, y tal vez el más terrible que pueda dar, es sagitario. Nuestros afables nativos de sagitario, siempre felices y alegres, tan entusiastas y expansivos que a veces rayan la forma más absurda de tontera, serán profundamente afectados. Originalmente el signo de sagitario era simbolizado por un centauro (mitad superior hombre, mitad inferior caballo) con su arco apuntando a los cielos y con su parte animal, que poseía un falo, apuntando a la tierra. Luego de siglos de inculto moralismo esta última característica fue borrada de la imagen. 

¿Por qué semejante representación?
El centauro primigenio, Quirón, fue el discípulo médico de Zeus (Júpiter) y uno de los pocos centauros que no se dedicaba al secuestro de doncellas con fines ya conocidos y a la matanza y barbarie típica de su especie. Por ello Quirón fue elegido para representar al signo del rey del zodíaco. Sagitario posee la dualidad del hombre espiritual elevado y del bárbaro proclive a los excesos, especialmente los relacionados a la lujuria y la gula, de los cuales posee un amplio y variado magisterio.

Las Gemínidas escindirán estos dos polos mostrando lo mejor y lo peor del signo, pero a la vez, en plena simultaneidad. Esta ciclotimia típica de géminis (opuesto astrológico a sagitario) no es natural del centauro generándole dolores internos y externos terribles, dolores de parto, parto que no traerá nada bueno a la luz.

Aquellos sagitarianos con grandes responsabilidades, o lo que en astrología se conoce como “coronados” (no confundir con el término alquímico) sumarán al propio dolor el de su progenie (como le ha ocurrido a Quirón, padre de todos los centauros), entendiendo por progenie a aquellos que dependen de él o están bajo su órbita.


Dato curioso

Robert Louis Stevenson, maravilloso y prolífico escritor escocés,  dio a luz bajo el signo de sagitario y en plena lluvia de las Gemínidas, una de sus novelas más populares: “El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde”
No voy a entrar en detalles pero, si quieren saber más de los efectos de la escisión, espero que urgen en la historia original de Stevenson.


¿Cómo afectará esto a los otros signos duales?

Géminis: será el único signo que resplandecerá con las Gemínidas, ya que la energía de esta lluvia los bañará de su propia energía natural, estando acostumbrados a nadar en mares de ciclotimia extrema, neurosis y murmuraciones, no zozobrarán sino que brillarán intensamente ante la locura circundante del resto del zodíaco. Será bueno aproximarse a ellos en estos tiempos, saben lo que se requiere para sobrevivir en esta terrible gesta psico-espiritual.

Cáncer: A los cangrejos los enfrentará a sus dos personalidades, el maternal soñador que no conoce de límites y la criatura herida en su ego por no ser lo que desea ser. Incapaz de moverse en otro sentido que no sea el lateral (ni de frente, ni para atrás, siempre de costado), se verá ladeado por su “yo” sin lugar a dónde huir. No huya céntrese en quién es y no en quien quiere ser. Si es una persona espiritual sabrá que hacer.

Libra: contrariamente a lo que la mayoría de los opinadores seriales de lo astrológico dicen, libra expresa un permanente desequilibrio, necesario para subsistir y crecer. Las dos personalidades de libra se separarán generando inmovilidad en la balanza cósmica de la esfera celeste. La inmovilidad desquiciará a los librianos y buscarán agresivamente que algo los movilice. Paz y paciencia, pronto pasará.

Sagitario: ya hemos dicho demasiado de los centauros, sólo tengan en cuenta cuidar sus hígados y su sueño. Y recuerden siempre que Saturno, el austero místico padre del tiempo, siempre los equilibra.

Piscis: El signo de la superación, la resurrección permanente y el Tao cósmico, sentirá morirse lentamente, abatido y sin fuerzas. Verá a sus sueños como algo lejano inalcanzable.  Recuerden que las Gemínidas los harán sentir lo que sintió Phaethon, esta vez será una ilusión y se verán librados en poco tiempo de este mal. Resistan.


¿Y el resto del Zodíaco?

Aries: Furia, furia y más furia, poca paciencia. Pero poseerá una gran lucidez, déjese llevar por las calmas aguas del devenir. Cuídense de las sirenas del mundo.

Tauro: su proximidad a géminis lo protegerá, intente evitar los pensamientos obsesivos (ideas rumiantes).

Leo: No se desespere habrá tiempo para todo, no se sobrecargue, la aceleración de las Gemínidas lo agotarán.

Virgo: sabe que tiene que hacer algo, sus manos arderán por dar nacimiento a algo nuevo, pero espere a épocas más favorables.

Escorpio: los arácnidos de los cielos, buscarán una presa en quien inyectar su veneno que, en bajas dosis, puede ser uno de los mejores medicamentos. En esta época intentarán inocular sin límites a lo que los rodea. Cuiden sus lenguas que no es otra cosa que su aguijón más preciso.

Capricornio: los vientos de las Gemínidas intentarán dispersarlo pero si se mantiene apegado a su rutina sobrevivirá sin mayores daños. Al rey del tiempo se le intentará robar su presente apuntándolo con su pasado.

Acuario: el fluir de las aguas se verá potenciado por los aires de las Gemínidas, brillarán con un virginal erotismo pero actuarán bajo el capricho del “Yo quiero”.

Recuerden, mis apreciados lectores, que la influencia de las lluvias de estrellas es puntual y no se conjuga fácilmente con las aspectaciones astrológicas que maneja la pseudociencia mundana de lo que hoy conocemos como astrología.

Su mayor manifestación e influencia será el día 13 y 14 de diciembre, estas palabras se refieren a esos días pero la acción de las Gemínidas se harán sentir desde el día 6 hasta el 18 del mismo mes.




Según Heráclito: “El devenir no es irracional, caótico, ya que se realiza de acuerdo con ciertas leyes y proporciones. Este Logos es el mismo para todo y ninguno de los dioses ni de los hombres lo hizo, sino que era y es y será fuego siempre viviente, encendiéndose según medida y apagándose según medida.”

No temamos, siempre todo es por algo, la témpora de verano (hemisferio sur) nos traerá gratas noticias.

Gabo Abad. Astrólogo y Futurista

Introducción a: 
“El Amor en las Esferas Celestes”
Segunda entrega


Agradecimiento
Ayer un amigo se contacta conmigo y me cuenta que Estela (llamémosla así ya que no le gusta ser nombrada fuera de su “audición”, o “programa” como se dice hoy en día), gran divulgadora de la Astrología exotérica, ha leído nuestro artículo y ha hecho un comentario elogioso sobre mi humilde arte a sus muchos alumnos. Primeramente solo puedo pensar en la gratitud a su persona y luego contarle y contarles que este espacio no es fruto de algún escaso mérito que tal vez posea, sino es un espacio de construcción colectiva que Gracias a + MEM o.m es posible, ya que la amplitud de la Obra que me ha sacado del retiro tiene como límite sólo la misma inmensidad. 
Estela querida, mi humilde gratitud, a esa joven de mi edad que extiende tan bello arte.

El soplo elemental
Recordarán que hablamos de los tres ejes o soplos que componen los análisis llamados sinastrías.
Y cito textualmente: “Hay tres ejes (o soplos) de análisis de una carta comparativa: el elemental (tierra, agua, fuego y aire), el natural (energía predominante Masculina, Femenina, Neutra – Ying y Yang, etc) y la posicional (oposición, conjunción, trígono, etc)”.

Hoy me dedicaré al soplo elemental o al llamado elementario.
Para la Astrología tradicional, hay cuatro elementos: Fuego, tierra, aire y agua, y cuatro cualidades (que antes no hemos nombrado): seco, húmedo, frío o caliente.





Los cuatro elementos generan lo que se conoce como la cruz elemental, asimismo las cualidades generan otra cruz, que al superponerse para generar el octaedro mistico-elemental.
La Astrología toma esto de la Cosmología, su Ciencia Madre, que a su vez lo toma de la Alquimia, tema que me supera ampliamente. Quien quiera profundizar en este tema le recomiendo contacte al Alquimista, el Rabí del sur del mundo.




Para nuestros humildes fines, llamaremos a esta conjunción estrella elemental de ocho puntas u octaedro elemental.

A modo ilustrativo veamos como en la iconografía clásica se observan estas formas. El siguiente ícono de la Virgen en su advocación de la “Zarza Ardiente” nos muestra estas potencias en su forma criaturizada.





El elementario astral

Cada carta astral, tenga el objeto de análisis que tenga, posee un elementario como fruto de los posicionamientos de los distintos astros en la rueda celeste.
Ejemplo: Un niño varón, nacido el 1 de diciembre de 1986 a las 18:40 en la Ciudad de Buenos Aires Argentina, su carta arrojará una dominancia acuosa, con mucho fuego y escaso o nulo aire y tierra. Este hombre poseerá una personalidad húmeda, nutritiva y cálida en conjunción con el regente de su signo: júpiter, cuyo fuego no es quemante (a menos que truene), es húmedo, móvil y expansivo.
Otro ejemplo podría ser una joven del 3 de mayo nacida en la ciudad Uruguaya de Montevideo a las 09:15 hs, durante el año 1982. Esta jovencita no posee fuego en su elementario, tiene poca tierra y mucho de aire y agua. Su naturaleza será húmeda, móvil y claramente fría. Casi en empatía con su regente venus.

Un día soleado de verano del 2003, la joven se encuentra de vacaciones en Mar del Plata, provincia de Buenos Aires y coincide en esas paradisíacas playas con el joven del primer ejemplo. Oh! Que recuerdos, perdón por la digresión pero en el 56 lo más granado de la astrología del momento se reunía en esos parajes, para nosotros fue un adelanto de los lisérgicos 70´s, que suerte para mi prontuario amoroso que la memoria sea tan frágil.
Retomando, este encuentro impacta en los cielos con fecha y hora 6 de febrero a las 00:30 hs (aproximadamente), momento ni húmedo, ni seco, ni frío ni cálido, justamente neutro y equilibrado.
La carta del encuentro generará un espacio propicio ya que no alterará de manera alguna lo que cada uno trae. Un espacio cargado de algún elemento o cualidad podría beneficiar o condenar la relación.

Analicemos lo que tenemos: ambos poca tierra y mucha agua, él mucho fuego y ella poco, el poco aire y ella mucho.
A grande rasgos y muy superficialmente podemos decir que a esta pareja le costará concretar y poner los pies sobre la tierra (ya que carecen de ella) y habrá mucha agua por ello mucho sentimiento a flor de piel, mucho drama no necesariamente pasional, ya que él aporta el fuego-pasión a la relación pero ella lo enfría logrando en la intimidad y en lo vincular un equilibrio ligeramente inestable ya que él la considerará indiferente y ella a él lo sentirá muy absorbente.
Por otro lado ella volará por los aires hacia un horizonte claro, concreto y bien programado; mientras el disperso en los fragores de su fuego saltará de una situación a otra sin solución de continuidad.

Queridos lectores observen como algo tan básico como este análisis cuanto aporta, tan sólo aspectando un eje de la sinastría.



La segunda rueda, la cabalística nos diría como equilibrarlos y la tercera revelaría la forma final de ese amor de pareja, final en el sentido de sublimación.

Para la próxima entrega veremos la interacción de un eje secundario: Venus.

Pronto los cielos nos contarán más sobre el amor astrológico que nos depara este mundo de las sinastrías.
Gabo Abad. Astrólogo y Futurista